El rechazo cotidiano

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Llevo tiempo preguntándome si se puede vivir al margen del sistema (y cómo sería) o al menos no seguir alimentando su sostenibilidad. En ocasaiones me he sentido un verdadero opositor (en sentido amplio) por llevar falda, ponerme las camisas del revés, pintarme las uñas, reemplazar ciertas normas en la comunicación o la escritura, o no participar de parte de las convenciones sociales; pero recientemente me he dado cuenta de que soy un verdadero novato en cuanto a rechazar el sistema en sentido global (1). Tengo un televisor Samsung, una cuenta en Google, un coche Volkswagen, una cuenta en el BBVA… Soy conciente de que rechazar «realmente» el sistema conduce de amenra inevitable a estar fuera del mismo, a no participar de él, a lo que le pasó a Christopher Johnson McCandless (2) cuando decidió dejarlo todo y vivir afuera. Pero ¿no podemos realizar ciertas acciones locales que nos permitan oponernos al sistema en sentido concreto (y también, cómo no, en sentido global)? Un compañero de fatigas me habló de determinadas cuentas de correo que no están bajo el dominio de grandes empresas como Google o Facebook; ¿podemos utilizar esta idea, como si se tratase de un faro, para guiarnos hacia una vida de rechazo del dominio de los grandes lobbys y así contribuir lo menos posible a la perpetuación del sistema capitalista? Para mí sería una realización antisistema comprobar que puedo eliminar de mi día a día, en la medida de lo posible, la utilización de todos estos elementos de control y sometimiento a los que ahora, tan rutinariamente, contribuyo. Os invito a que utilicéis este espacio para proponer alternativas; diferentes modos de comprar, de transportarnos, de comunicarnos, de vestirnos, de alimentarnos… que supongagn una auténtica alternativa al sistema ¿Qué os parece?

 

(1) Utilizo aquí los términos «global» y «concreto» con el mismo sentido que y ahiciera en la entrada del blog «Definiendo el sistema».

(2) En la entrada de este blog «La llamada de la naturaleza» puede leerle un comentario sobre la actutid de C. McCandless.

~ por Xachito en enero 27, 2016.

Una respuesta to “El rechazo cotidiano”

  1. me parece una buena idea la de intercambiar alternativas que supongan un rechazo a ciertas formas que consideramos normales en nuestro día a día y sobre las que no nos paramos a pensar a qué estamos contribuyendo con ellas (eso que llamas la «sostenibilidad» del sistema). Creo que el espíritu que lo alimenta es el inconformismo frente a los mecanismos de control y sometimiento al sistema. Desde que me hice una nueva cuenta de correo fuera de google he dejado de recibir spam. Me la recomendó un colega informático con el que comparto muchas inquietudes. Este colega también me instaló un filtro para impedir la recogida de datos desde mi navegador. Un crack! No tengo la seguridad de que el nuevo navegador ni el correo sean más privados, pero el simple hecho de probar a cambiar me parece un paso hacia adelante.

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